Numerosos estudios demuestran que el uso en las clases de pizarras digitales, internet y ordenadores puede mejorar la enseñanza, crear otra dinámica pedagógica y una mayor participación del alumnado en el proceso de aprendizaje, mejorar la autoestima del alumnado y el trabajo cooperativo del profesorado. Y esos mismos estudios señalan que la mera informatización de las tareas escolares sólo implica un cambio superficial en la adquisición de conocimientos si detrás no hay un auténtico cambio en el sistema pedagógico y una buena formación del profesorado en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las aulas.
Las TIC, que se presentan como un complemento de la
enseñanza tradicional, están empezando a desembarcar en las aulas españolas con
promesas y retos importantes. La pizarra de toda la vida se convierte en una
que funciona vinculada a un ordenador y a un proyector; el cuaderno y el
bolígrafo son sustituidos por el ordenador o un tablet PC, que es portátil,
tiene wi-fi y reconoce la escritura manual. Los libros de papel ceden paso a
los digitales. Internet es una fuente muy importante de información.
Pero todo eso exige otra manera de enfocar las clases, de
estar en ellas, de dirigir y coordinar el trabajo del alumnado; de corregir los
ejercicios y valorar la adquisición de conocimientos.
Diversos proyectos y pruebas que se están realizando en
España ayudan a perfilar la profundidad del cambio que supone el salto a una
escuela que apueste por el uso cotidiano de la tecnología del siglo XXI. Es un
cambio que llevará su tiempo y que aquí, como en muchos otros países, están
explorando algunos centros.
Matic, un estudio sobre el aprendizaje de niños de 3 años
realizado por Toshiba y La Salle Bonanova, un centro que ya incorpora muchos
elementos de tecnología en algunas aulas, evaluó y comparó durante tres meses
la evolución de 52 niños en el aprendizaje de los números, con alumnos que
seguían el sistema tradicional y otros que aprendían sólo con las TIC, un
Tablet PC por alumno, una pizarra interactiva y un profesorado preparado
específicamente. El alumnado del aula TIC, que partía con una evaluación media
de 3,4, acabó con una media de 8,5. Los pequeños sin TIC partían de una
evaluación media de 4,7 y acabaron en 6,9. Todos los TIC superaron la
evaluación final. De los otros, aprobó un 83%.
El estudio concluye que los alumnos Matic demostraron una
actitud más entregada a las actividades escolares y trabajaron más motivados y
atentos: se convirtieron en alumnos más autónomos, atrevidos y curiosos. Miquel
Àngel Barrabeig, director del campus La Salle, concluye que "con todos los
datos analizados, podemos decir que las nuevas tecnologías son útiles y que
permiten conseguir los objetivos formativos en menos tiempo y de una mejor
forma".
La pizarra digital, elemento que se va introduciendo poco a
poco en las aulas, forma parte de un gran proyecto impulsado por el Gobierno de
Aragón, que se inició en el 2002 y en el que se han invertido unos diez
millones de euros. Más de doscientos centros de infantil y primaria, diez de
secundaria y quince centros concertados utilizan en clase diariamente los
Tablet PC. Una apuesta notable y pionera a nivel mundial que ha hecho famosa a
la escuela de Ariño (Teruel), que a principios de este año mandó una delegación
de alumnos a Berlín, donde Bill Gates asistía a un encuentro con líderes
europeos, para hacer una demostración del uso escolar de la Tablet PC, un
gadget impulsado por el cofundador de Microsoft.
"Las TIC producen poco impacto si detrás no hay un
proyecto que incluya cambios en la metodología. Si un profesor sólo sigue el
temario del libro de texto, las TIC apenas tienen impacto. Podrán ser clases
algo más atractivas, pero el profesor seguirá diciéndole todo lo que tiene que
aprender. Las TIC son una herramienta transformadora si el profesor utiliza
internet y las posibilidades de comunicación con otros alumnos y con el mismo
profesor para recabar información y transformarla en conocimiento", señala
José Antonio Blesa, director y profesor de matemáticas de la escuela rural
Ariño-Alloza.
Para Pere Marqués, del departamento de Pedagogía Aplicada de
la UAB, "la llegada de las TIC significa una nueva era en la
enseñanza" y enumera ventajas como cantidad infinita de información a la
que se puede acceder, más interactividad entre los alumnos y entre estos y el
profesor, así como un cambio de hábitos.
También pone un ejemplo gráfico: "Actualmente hay
centros que no dejan que los alumnos entreguen trabajos elaborados por
ordenador por miedo a que estén copiados de internet. Si pensamos que en un
aula TIC los trabajos se evalúan conjuntamente entre todos los alumnos y el
profesor, esto se desmonta porque todo el mundo se da cuenta cuando hay algo
copiado". Y hay más cambios: "Pasamos del trabajo tipo dossier al
trabajo sintetizado que se explica y defiende ante toda la clase. Cuando un
alumno hace eso es que ha aprendido lo que tenía que aprender".
Según Pere Marqués: "Estamos en el inicio del cambio.
En España utilizan las TIC en torno a un 10-15 por ciento de los centros. El
porcentaje debe crecer. Los políticos, los profesores y la sociedad empiezan a
entender que el uso de la tecnología en las aulas puede ser muy positivo y
puede contribuir a mejorar la enseñanza, a crear otra dinámica pedagógica y a
rebajar el fracaso escolar."
CITA APA: Barnet A.
(2008). Las nuevas tecnologías en la educación fracasarán sin un cambio en la
forma de enseñar. La vanguardia.
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