Mejorar la educación a través de la tecnología
Sebastián Fischer
21 de abril de 2017
Las
nuevas tecnologías constituyen una herramienta fundamental para avanzar en la
mejora de los procesos educativos. Tal es así que las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) han ganado terreno y en la actualidad
tienen una influencia cada vez mayor en la forma de comunicarse, el aprendizaje
y la vida.
Argentina
no escapa a ese fenómeno mundial; por el contrario, cada vez son más
las instituciones, las escuelas y las entidades educativas que buscan
fortalecer la relación entre la educación tradicional y las nuevas tecnologías
de información.
Recientemente,
un estudio realizado por licenciados en Tecnología Educativa de la Universidad
de Catamarca demostró que, en el aprendizaje de un tema determinado de física,
los alumnos de la escuela preuniversitaria Fray M. Esquiú, que usaron un
software y trabajaron con netbooks, lograron en un 22% mejores resultados que
aquellos que lo hicieron de manera tradicional.
El
desafío consiste en utilizar eficazmente ese cambio pedagógico que pretende
potenciar el uso de las nuevas tecnologías para lograr un beneficio en el modo
de aprendizaje de los más pequeños. El objetivo es mejorar, no sólo el
acceso a información, sino también la aptitud para manejar nuevas formas y
procesos.
La
clave para que las tecnologías generen beneficios tangibles en la educación es
que se entienda que es un proceso que debemos abarcar de manera holística. La
escuela debe ser el nodo, los maestros, los facilitadores y los alumnos, los
satélites. Todo esto tiene que funcionar interconectado y la tecnología debe
estar presente tanto en la infraestructura de la escuela como en el
equipamiento de docentes y alumnos, incluyendo softwares específicos,
incorporando un nuevo esquema de trabajo donde sea un aprendizaje que tenga a
la tecnología como motor y no solamente como un posible recurso.
En
este sentido, un aspecto a considerar es que en Argentina la mayoría de los
chicos y adolescentes se conectan internet a través del celular, utilizan las
redes sociales para intercambiar mensajes con amigos y en un 80% de los casos
usan la red para hacer tareas escolares, según se desprende de un estudio
publicado en el año 2016 por Unicef.
Estoy
convencido de que el desafío es utilizar eficazmente estas tecnologías
para que estén al servicio de los intereses del conjunto de los estudiantes y
de toda la comunidad educativa.
Tal
cual considera la Unesco, las TIC ayudan a lograr el acceso universal a la
educación y mejoran la igualdad y la calidad; contribuyen al desarrollo
profesional de los docentes y a la mejora de la gestión, siempre y cuando se
apliquen las políticas, las tecnologías y las capacidades adecuadas.
Por
eso, las empresas del sector especializadas en educación tenemos que
intensificar nuestro trabajo en el desarrollo de recursos que puedan ayudar a
los países de la región en la eficacia de sus políticas, sus estrategias y sus
actividades educativas. Asimismo, hay que asegurarse de que estas estrategias
tengan en cuenta los desafíos que generan, la brecha digital y las necesidades
de los más desfavorecidos.
El
autor es Global Sales Director de Positivo BGH.
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