El viejo dicho que corre
algunas veces en los cursos de formación del profesorado, sobre que si un
cirujano de comienzos del siglo XX entrara en un quirófano actual, no sería
capaz de hacer nada debido a la fuerte presencia en los mismos de tecnología,
pero si sería capaz de hacerlo un docente que también viajara en el tiempo en
las aulas actuales, es falso. Es falso porque el alumnado es diferente, las
estrategias de formación completamente distintas y, por lo que aquí nos
interesa, las tecnologías han penetrado fuertemente en nuestras instituciones
educativas. Pizarras digitales, videoproyectores, conexiones wifi, salas de
informática,…, ya no son aparatos extraños para docentes y discentes y algunos
de ellos empiezan a adquirir la categoría de “invisibles”, que es el momento en
el cual las TIC se han integrado de verdad en los escenarios formativos.
Y
esta transformación tecnológica no es fija y estable, sino que nuevas TIC
empiezan a llamar a las puertas de las estancias educativas (tablet, web
semánticas, realidad aumentada, entornos personales de aprendizaje, internet de
las cosas,…) como están poniendo de manifiesto los diferentes “Informes Horizon” que
progresivamente se van publicando.
Sin
embargo, a pesar de esta fuerte presencia, y a los esfuerzos realizados en
inversión y formación del profesorado —soy de los que piensan que lo destinado
a la educación no debemos verlo como gasto sino como inversión y en
consecuencia, por principio, lo invertido en ella siempre es
insuficiente— la realidad, es que no siempre están sirviendo para
transformar la práctica educativa y crear nuevas escenografías de comunicación
para los participantes en el acto educativo. Y a ello nos vamos a dedicar en este
artículo.
Hace
ya bastante tiempo, definí a las TIC, cuando se aplican en contextos
formativos, como medios de enseñanza que, como tales, son elementos
curriculares, que por sus sistemas simbólicos y estrategias de utilización
propician el desarrollo de habilidades cognitivas en las personas, en un
contexto determinado, facilitando y estimulando la intervención mediada sobre
la realidad, la captación y la comprensión de la información por el estudiante
y la creación de escenografías comunicativas diferenciadas que propician los
aprendizaje y la interacción entre las personas que participan en el acto
educativo.
TIC
que están compuestas de un soporte físico, el hardware (por ejemplo una cámara
de vídeo), unos sistemas simbólicos que se utilizan para codificar y construir
los mensajes (planos, movimientos de cámara, zoom,…), unos contenidos y
mensajes transferidos por la TIC (la utilización educativa de las TIC), un
propósito educativo que el docente persigue con su utilización (que el
estudiante comprenda las diferentes formas de utilizar el vídeo en un contexto
de formación), y una estructura organizativa del centro o de la institución
educativa donde el medio es insertado. Uno de los errores más significativos
que se han cometido en su incorporación en los procesos de
enseñanza-aprendizaje ha sido el verlas como elementos aislados e
independientes del resto de variables curriculares: objetivos, estrategias de
enseñanzas, contenidos,…; tal visión de independencia ha repercutido para que
las TIC lleguen muchas veces a desenvolverse de forma aislada e independiente,
haciendo que el acto educativo girara en torno a las ellas, y no al revés.
Por
el contrario, su incorporación a la enseñanza no debe venir por decisiones del
mercado o por esnobismo, sino exclusivamente por exigencias de carácter educativo
y, por tanto, el docente debe adoptar con mucho cuidado cuándo, cómo, por qué y
de qué manera debe incorporarlas. Ello nos indica que la transformación de la
enseñanza centrándonos exclusivamente en la incorporación de nuevos y más
poderosos materiales de enseñanza es una medida baldía. Se sigue ignorando que
los medios, cualquiera de ellos, por sí solos no cambian ni transforman la
enseñanza, y menos aún si no se hace en relación con el resto de componentes.
Planteamientos
como el indicado nos llevan a destacar una serie de ideas:
a) Las TIC son solamente unos elementos curriculares, que funcionan en interacción con otros y, en consecuencia, su significación en el proceso de enseñanza-aprendizaje dependerá de las decisiones que se adopten respecto al resto de componentes. Al mismo tiempo, las decisiones tomadas sobre estos repercutirán en el resto de componentes del sistema.
a) Las TIC son solamente unos elementos curriculares, que funcionan en interacción con otros y, en consecuencia, su significación en el proceso de enseñanza-aprendizaje dependerá de las decisiones que se adopten respecto al resto de componentes. Al mismo tiempo, las decisiones tomadas sobre estos repercutirán en el resto de componentes del sistema.
b)
Los contextos instruccional, físico, cultural y curricular son elementos que
facilitan o dificultan, no solo como las TIC puedan ser utilizadas, sino
también si deben serlo.
c)
No son meras depositarias de información, son también estructuradoras del
proceso y la actividad del aprendizaje y reestructuradoras del proceso
cognitivo de la persona.
d)
Su utilización requiere un proyecto pedagógico previo que le dé sentido y
cobertura teórica.
Asumiendo
estos puntos, es bueno considerar que la diversidad de experiencias que nos
permiten las TIC hacen que podamos verlas desde tres perspectivas diferentes,
que implican formas de priorizar su utilización en la enseñanza, como
representamos en la figura nº 1.
Fig. Nº 1: - Aplicación de las TIC desde posiciones y visiones diferentes.
Pero
antes de realizar algunos comentarios sobre ellas, queremos señalar que las
tres no suponen perspectivas contrapuestas, sino más bien complementarias y
requerirán que el docente aplique sobre estos recursos educativos visiones y
posiciones diferentes.
Desde
la perspectiva de las TIC, estos recursos son fundamentalmente percibidos como
facilitadores y transmisores de información y recursos educativos para los
estudiantes, que pueden ser adaptados a las necesidades y características
independientes de los sujetos, pudiendo conseguir con ellos una verdadera
formación audiovisual, multimedia e hipertextual. Desde esta posición,
los conocimientos que deberemos tener para su utilización se centrarán
fundamentalmente en la vertiente tecnológica e instrumental.
Desde
la posición de las TAC, implica su utilización como instrumentos facilitadores
del aprendizaje y la difusión del conocimiento. Son por tanto vistas no tanto
como instrumentos de comunicación sino como herramientas para la realización de
actividades para el aprendizaje y el análisis de la realidad circundante por el
estudiante. Se trata de dirigir su utilización hacia usos más formativos, tanto
para docentes como para discentes, con el objetivo de aprender de manera más
significa y excelente. Desde esta visión, su significación para la educación
vendrá de las estrategias y metodologías que se aplicarán sobre ellas para
alcanzar los objetivos previstos y crear nuevas escenografías de comunicación
para el aprendizaje. Desde aquí se trataría de que el docente las movilice no
para realizar lo mismo que hace sin ellas, es decir, reproducir modelos
tradicionales de enseñanza, sino aplicarlas para crear innovaciones educativas
y buscar en su aplicación nuevos usos educativos, para que el alumnado las
utilice como instrumentos de formación y conocimiento, y no simplemente como
herramientas tecnológicas e instrumentales. Desde esta posición, las competencias
que deberá tener el profesorado hay que insertarlas en la práctica educativa y
crear con ellas escenografías para la formación. No serán meramente
tecnológicas sino más bien metodológicas para saber aplicar sobre ellas
diferentes estrategias para alcanzar diferentes objetivos y competencias.
Posiblemente no necesitemos tener tanta formación para utilizarlas, y sí para
saber qué pueden hacer alumnos y alumnas con ellas para adquirir
conocimientos. Y ello pasará por hacernos la siguiente pregunta: ¿cómo puedo
utilizarlas para cambiar mi práctica docente?
Por
último, desde la posición de las TEP, se trataría de percibirlas no como meros
recursos educativos, sino también como instrumentos para la participación y la
colaboración de docentes y discentes, que además no tienen que estar situados
en el mismo espacio y tiempo. Se parte por tanto de la perspectiva de que el
aprendizaje no solo tiene una dimensión individual, sino también social, ya que
la formación implica aprender en comunidad y ser capaz de interactuar y
colaborar para construir el conocimiento. Desde aquí, el rol del docente será
el de diseñar la escenografía para el aprendizaje, y para ello la tecnología
jugará un papel de mediadora en la construcción del conocimiento y la
interacción social. Desde esta posición no debemos olvidarnos de que el
aprendizaje ya no se produce solo en las instituciones educativas, sino que
cada vez es más ubicuo; de aquí que la función de la escuela sea más la de
integrar los diferentes aprendizajes que se producen en contextos
diferenciados. Ello nos lleva a repensar el rol de la escuela y de las
instituciones de formación. Y supone también que el y la discente sean más
proactivos, y por tanto no solo consuman información, sino que también la
creen.
De todas
formas, si tomamos las tres últimas letras de las siglas TIC, TAC y TEP, es
decir “CCP”, nos surge lo que serían las direcciones futuras de aplicación de
estos recursos en el ámbito de la enseñanza (fig. nº 2).
Futuras aplicaciones de las TIC.
Ello
nos llevará a que replanteemos las visiones que tradicionalmente manejamos
sobre las TIC, y a pensar que debemos incorporarlas para que el alumnado se
relacione entre sí, analice la realidad para alcanzar conocimientos, lo
construya de forma colaborativa y realice nuevas actividades y prácticas
educativas mediadas por ellas. Y ello pasa necesariamente porque lo observemos
desde un prisma diferente a como tradicionalmente lo hemos hecho, porque el
profesorado se encuentre capacitado para ello, y porque se establezcan medidas
que faciliten al docente su incorporación.
CITA APA: Cabero Almenara, J.(2017). Nuevas miradas sobre las TIC
aplicadas en la educación. Revista
Digital de la Conserjería de Educación.Recuperado de: http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/web/revista-andalucia-educativa/en-portada/-/noticia/detalle/nuevas-miradas-sobre-las-tic-aplicadas-en-la-educacion-julio-cabero-almenara-1
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